Se caracteriza por episodios transitorios de parada de la respiración (apnea o hipoapnea), debidos a la obstrucción parcial o completa de las vías aéreas superiores y se pone de manifiesto durante el sueño.
En los niños, las causas más frecuentes son el crecimiento exagerado de las amígdalas palatinas (Hipertrofia Amigdalar) y/o de las Adenoides (Hipertrofia de Vegetaciones o Adenoides), que hacen impronta en las vías respiratorias impidiendo el flujo normal de aire, haciendo que el niño ronque al tener que dormir con la boca abierta, con respiración dificultosa y ruidosa.
Si el niño presenta hipertrofia de los cornetes inferiores de la nariz o desviación del tabique nasal, preferimos esperar a edades más adultas para valorar cirugía.

Rx lateral de cávum: hipertrofia adenoidea

Hipertrofia amigdalar
Dado que a los 4-6 años de edad se considera constituido un 60% de su estructura facial, y en la pubertad se alcanza casi el 90%, es importante detectar problemas obstructivos en la vía respiratoria alta y solucionarlos, ya que con toda seguridad se convertirán estos niños en adultos roncadores y con apnea obstructiva de sueño.
No debemos olvidar que el adecuado desarrollo orofacial puede ser alterado por la respiración bucal persistente desde niño.
Síntomas:
Los niños que presentan apnea e hipopnea obstructiva (SAHS) suelen presentar además:
Problemas de crecimiento y de peso.
Sudoración nocturna.
Hiperactividad. Este tipo de reacción es debido a que el niño intenta contrarrestar la somnolencia diurna.
Dificultad para dormir: ronquido, pesadillas, terror nocturno, etc.
Enuresis nocturna.
Irritabilidad, agresividad, etc.
Somnolencia anormal e injustificada durante el día.
Déficit de atención escolar, trastorno de la memoria, etc.
Bruxismo.
Migraña matutina.
Deformidades del paladar.
Diagnóstico:
Interesa información sobre la existencia de somnolencia diurna, la calidad del sueño, los hábitos de sueño y la existencia de otros síntomas relacionados, como: cansancio físico, falta de concentración, hiperactividad, etc.
Fibroendoscopia si el niño colabora.
Estudio Polisomnográfico (estudio de sueño) si es posible.
Radiografía lateral de cávum para visualizar posible hipertrofia adenoidea.
Radiografía de senos paranasales.
TAC (Scanner) de cráneo: para descartar posibles malformaciones craneofaciales. La posición relativa de los maxilares, va a condicionar a su vez la posición relativa del paladar y de la base de la lengua, influyendo en el mayor o menor espacio hipofaríngeo y, de ahí su importancia en la patogenia del SAOS.
Valoración por Maxilo-Facial de la posición maxilo-mandibular.
Tratamiento:
Existen múltiples tratamientos médicos eficaces, que incluyen tanto técnicas quirúrgicas como no quirúrgicas, siendo necesario que su médico Otorrinolaringólogo determine las más apropiadas en función de la causa o causas que provocan dicha obstrucción.
Con independencia de que el niño precise ortodoncia para corregir malposiciones dentarias, nuestro cometido es identificar y tratar las obstrucciones en las vías respiratorias altas, y así, las actuaciones más habituales son:
Adenoidectomía: extirpación de las vegetaciones o adenoides.
Amigdalotomía: reducción del volumen de las amígdalas palatinas, con laser CO2, bisturí Ultracision, radiofrecuencia bipolar.
Amigdalectomía: extirpación total de las amígdalas palatinas; preferimos el bisturí Ultracision (poco dolor, escaso o nulo sangrado, buena evolución postoperatoria)
Radiofrecuencia de cornetes inferiores en niños ya adolescentes.